DESMITIFICANDO LOS ARGUMENTOS DEL RECHAZO | Plebiscito 2020

A menos de un mes de una de las decisiones políticas más importantes de los últimos 30 años, quienes defienden el Rechazo han sugerido una serie de argumentos para defender su postura, pero una buena parte de ellos están errados y hoy te contamos por qué.

El Rechazo ha hecho una contundente campaña para el Plebiscito Nacional de este 25 de octubre, donde suelen repetirse algunas ideas con poco fundamento o derechamente falsas. Estas son algunas de las más comunes y la explicación de por qué son sólo un mito.

RECHAZAR PARA REFORMAR

La realidad es que la actual Constitución no es compatible con las demandas sociales que salieron a la luz en el estallido social del 18 de octubre del pasado 2019. Desde el regreso a la democracia, se ha intentado muchas veces hacer reformas legislativas y de políticas públicas, además de instaurar proyectos de Ley, los cuales han sido rechazados por considerarse “inconstitucionales”.

En Chile existe un Tribunal Constitucional que se encarga de velar por el cumplimiento de la Constitución vigente, la cual privilegia a las instituciones privadas por sobre las personas y los derechos sociales. Entonces, no es posible modificar la legislación vigente sin cambiar antes la Constitución, no solo en el apartado de los derechos fundamentales sino en la propia concepción del rol del Estado respecto de la sociedad.

FIN A LA LIBERTAD DE CULTO

Muchas personas, especialmente evangélicos, han difundido la idea de que si se aprueba una nueva constitución ya no habrá libertad religiosa. Lo cierto es que no, una nueva constitución no puede prohibir la libertad de culto pues esa libertad es indiscernible del sistema democrático. Hay que recordar que Chile tiene un Estado laico, por lo que siempre deberá garantizar la libertad religiosa no sólo para los evangélicos sino que para todos los credos.

EL PELIGRO DE LA HOJA EN BLANCO

Quienes rechazan también infunden el miedo a aprobar argumentando que escribir una constitución desde cero puede ser riesgoso porque se redactaría cualquier cosa, incluso con una ideología política determinada, y a puertas cerradas.

Para aclarar este mito, es importante mencionar que, al menos con el sistema de Convención Constitucional, se elegirá a todos los y las redactoras de la nueva constitución de manera democrática, por lo que habría una fiel representación del pueblo, sus intereses y demandas, siendo difícil que predomine una postura política. Y no se hará a puertas cerradas porque habrá participación ciudadana directa, lo que asegurará transparencia a la ciudadanía como nunca antes. Será un acontecimiento político histórico en el país.

Por otro lado, a pesar de que se trabajará sobre una hoja en blanco, hay una base muy importante que se considerará al momento de su creación. Se trata de los pactos y tratados internacionales que ha suscrito el Estado de Chile, los que velan por los Derechos Humanos de las personas y asegurarán el bienestar común y esencial de una sociedad democrática.

UN PLEBISCITO ES MUY CARO

Hace un tiempo el político José Antonio Kast hizo la siguiente declaración: “El Plebiscito que estaba fijado para abril, ya nos costó veinticinco mil millones de pesos, que si los dividimos por los días desde que se tomó la decisión hasta el 26 de abril, son cerca de 200 millones diarios”.

Es importante señalar que esa cifra no corresponde a un costo, sino a una inversión pública para la democracia y la paz social, y pese a que parece una cantidad elevada, es equivalente a el 1%, o menos, de los patrimonios de grandes poderosos de nuestro país como Andrónico Luksic e incluso el Presidente Sebastián Piñera. Es, además, una inversión seis veces menor al fraude al fisco de militares y Carabineros y 11 veces menos que lo robado por la colusión del papel higiénico.

No te dejes engañar. Los mecanismos democráticos nunca deben ser considerados un gasto innecesario.

Para más informaciones síguenos en Décima Sinfonía, donde iremos desmitificando ciertos argumentos que en pleno siglo 21 le hacen daño a una sociedad chilena que busca avanzar.

Catalina Álvarez I.