¡Mecanismo Covax para el merken en Puelmapu!

COLUMNA| Por Adrián Moyano

Hace casi 13 meses que la frontera terrestre entre Chile y la Argentina está cerrada. Fue una de las medidas que adoptaron los respectivos gobiernos para enfrentar la pandemia de Covid19, con los resultados que están a la vista: por aquí ya se instaló la así llamada “segunda ola” y se establecieron nuevas restricciones en las grandes ciudades. Por allá, el gobierno impulsó la postergación de las elecciones con la excusa del agravamiento en la situación sanitaria.


Las conductas gubernamentales tienen bastante que ver con la esquizofrenia: hasta no hace mucho, en la Argentina el sector oficial financiaba a quienes quisieran salir de vacaciones dentro del país. El estímulo se decidió cuando todavía se nos decía que la mejor manera de enfrentar la pandemia era quedarnos en casa. Por su parte, el ministro de Educación asumió como cruzada personal el retorno de los niños y niñas a clases presenciales, cuando todos sabemos que inclusive en épocas normales, el transporte público y la escuela son los mejores lugares para pegarse una gripe, una eruptiva o un virus cualquiera. ¡El coronavirus se debió frotar las manos en marzo pasado!


Pero supongamos que todas y todos los funcionarios ponen lo mejor de sí y admitamos que la situación es tan inédita, que nadie sabe a ciencia cierta qué hacer. Desde el sábado anterior, tampoco hay vuelos entre Santiago y Buenos Aires. ¡Pero la frontera terrestre entre Chile y la Argentina está cerrada hace más de un año para los más comunes de los mortales!


Estas líneas se explican en forma sustantiva por la combinación desafortunada de varios síndromes de abstinencia. La carencia más significativa tiene que ver con una especia tan contundente como sutil de origen quizá mestizo para identidad claramente mapuche: ¡el merken!
¡Manden merken!
¡Apertura, aunque sea transitoria de los pasos cordilleranos, para que circule merken!
Entre muchas otras, la angustia que sobresalió durante 2020 en este domicilio barilochense donde escribo estas líneas, tuvo que ver con la disminución pausada pero inexorable de las exiguas existencias de merken. El que produce y distribuye generosamente la gran Anita Epulef se convirtió rápidamente en recuerdo.


Anita vive en Curarrehue, donde termina o empieza -según el origen del viaje- el actual paso cordillerano de Mamül Malal. A grandes rasgos, las rutas internacionales de hoy siguen el trazado del antiguo y mítico Paso de Villarrica, por donde los jinetes mapuche arriaron ganado durante tres siglos, aunque reinara el más crudo de los inviernos. La ñaña es guardiana de semillas, tremenda cocinera y gestiona en el poblado el restorán mapuche más auténtico y elaborado que el columnista conoce. Si alguna vez la circulación entre Chile y la Argentina se restablece, presurosos guiaremos nuestros pasos por los antiguos dominios del longko Ñankucheo, donde el Aluminé y el Chimehuin se convierten en el Collon Cura, saludaremos en mapuzungun al imponente Lanín, sonreiremos ante cada pehuén vecino a la ruta y nos encomendaremos gustosos a la salsa de merken, que, como nadie, elabora Anita Epulef en su reducto. Queda casi en las afueras de Curarrehue, en dirección a Pucón y no muy lejos del histórico río Trancura.


Anita nutre a su cocina con ingredientes de la zona. Una vez que anduvo por aquí, nos dijo que además de producir ella misma con su familia, compra aquello que necesita entre sus vecinos y vecinas, porque estimular la agricultura familiar es una buena manera de enfrentar las prebendas económicas de aquellos que pretenden represar los ríos.
¡Ah! Me faltó decir que sobre la cuenca del río Trancura merodean como siempre, los ejecutivos de rapiña: donde nosotros vemos newenes, ellos imaginan hidroeléctricas. ¡Indigestión eterna para todos los personeros de las corporaciones!


Curarrehue queda donde la Araucanía se hace lacustre y montañesa, pero no sólo por aquellos antiguos pagos mapuche pewenche se huele merken. La nostalgia también nos conduce hacia Angelmó y ese mercado ruidoso a orillas del Seno de Reloncaví, donde los olores llevan al mar y a la tierra, al cercano Chiloé y a sabores que no deben perderse nunca.
Si no quieren abrir la circulación terrestre para que volvamos a viajar los más comunes mortales, ¡Mecanismo Covax para el merken! ¡Acceso equitativo a la más mapuche de las especias! Si el territorio mapuche va de mar a mar, ¡libre circulación para el merken en Puelmapu!
Será justicia.