Carolina Contreras y la sobrevivencia de la danza en pandemia: “Ha sido dura esta pausa”

En RDS conversamos con Carolina Contreras, bailarina y docente de Puerto Montt. Es también directora de la compañía de danza Reverso, creada en la ciudad el año 2013.

Carolina se dedica a la danza desde su infancia. Comenzó a bailar cuando tenía solo cinco años, y de manera profesional, desde el 2008, año en que finalizó sus estudios en el Centro de Danza Calaucán de Concepción.

Desde entonces, su carrera profesional ha tomado dos cauces: por un lado la danza contemporánea, y por otro la danza de raíz afrolatina.

Como tantas otras personas, la bailarina ha sufrido las consecuencias de la crisis sanitaria en su trabajo. Por eso, hablamos de cómo ha hecho sobrevivir la disciplina de la danza en estos tiempos y cómo ha sido su experiencia profesional como artista y docente.

¿Cómo ha afectado la pandemia a tu carrera?

La pandemia ha afectado profundamente el desarrollo del oficio de la danza. Se han visto afectadas todas las actividades presenciales que realizaba. No he podido hacer clases presenciales ni he podido hacer funciones presenciales.

Ha creado una fisura muy compleja en la relación con el cuerpo, en el contacto entre personas, y también ha establecido un miedo al contacto y un miedo al otro, a la otra. La práctica de la danza requiere de una confianza muy profunda. Esa confianza se ha perdido con la pandemia, por lo que mis prácticas cotidianas del movimiento también se han visto afectadas.

Pese a lo anterior, he sabido reinventarme y comenzar a experimentar con la virtualidad. He adoptado mis clases a la modalidad telemática y he logrado sostener procesos creativos a distancia.

El desafío de la práctica personal y del entrenamiento, de alguna manera lo he ido solucionando en solitario y también con grupos muy reducidos. Esa idea de la sala de danza llena de gente sudando y disfrutando del movimiento, ha quedado un poco en pausa, pero espero que empiece a retornar de a poco. Ha sido dura esta pausa.

¿Cómo ha sido tu experiencia particularmente como docente?

Mi experiencia como docente ha sido muy variada. Agradezco profundamente esa diversidad que me ha tocado vivir. He hecho clases en escuelas rurales, colegios particulares, centros culturales y universidades. He participado en programas de formación extensos y en otros más cortos. También he trabajado con niñas, niños, jóvenes y adultos mayores. En todas esas instancias ha sido muy bello ser una facilitadora y una guía para que las personas se encuentran con su cuerpo y su ritmo. Su propio ritmo. Eso es maravilloso.

Carolina Contreras

Para mí es como abrir un portal en donde las personas encuentran su propia danza; ese siempre es mi desafío. Abrir esa puerta, generar esa curiosidad, instalar preguntas y respuestas y, junto a ellas, certezas y seguridades. En ese sentido amo profundamente mi trabajo y me siento muy agradecida de poder hacerlo. En pandemia la situación se ha modificado un poco, pero en medio de la crisis, también han aparecido nuevas herramientas y fórmulas. Siempre se puede.

¿Dónde se puede estudiar danza en Puerto Montt?

Si bien en Puerto Montt existen varias academias y alternativas para acercarse al baile, como talleres de diversos estilos, para estudiar danza de manera profesional es preciso migrar de esta ciudad. Hay opciones en Valdivia, Concepción, Santiago y Valparaíso, aunque, al igual que en Puerto Montt, desconozco su realidad actual. Como antes decía, la pandemia ha fracturado este contacto presencial de la danza y, sin duda, ha afectado a esos espacios de formación.

¿Qué otras carencias ves en el desarrollo de la danza, tanto en Puerto Montt como en Chile?

En cuanto a la realidad local, podría decir que hace falta difundir más la disciplina de la danza, y trabajar por un acceso igualitario para todas y todos. Que logren conectar con la experiencia de la danza y del movimiento, y que se pueda reconocer su valor como una herramienta para la vida. La danza no solo es para las y los bailarines profesionales. La danza es para todos y todas. Es un posibilidad de expresión muy profunda. Deberíamos tener la asignatura de danza en todos los cursos del sistema educativo y en todas las carreras universitarias también. Deberíamos tener pausas activas de movimiento en todos los trabajos: en los bancos, en los supermercados, en las tiendas. Creo que con esa experiencia del movimiento y la danza, arraigada en nuestro vivir cotidiano, seríamos más felices, seríamos mejores personas, con nuestro cuerpo y nuestras emociones más resueltas.

En la escena nacional, creo que debería haber más circulación de la danza y de los universos danzarios de cada Región. Conocer, difundir y saber más de las danzas de cada territorio, del folclore vivo que se construye en las comunidades. Los del norte deberían saber lo que se baila en el sur, y viceversa. Y desde Santiago deberían dejar de mirar su ombligo y descentralizar de verdad. Conectar con la diversidad que somos como país. Difusión, acceso y diversidad. Eso creo que es lo que falta.

Puedes seguir el trabajo de la bailarina Carolina Contreras en la página de la Compañía de Danza Reverso y sus Instagram @danzareverso y @carolina_danza_reverso.

Por | Catalina Álvarez | Foto C.C.