A lo faraón: Presidente egipcio busca perpetuar su legado con una nueva capital en el desierto

Un opulento palacio presidencial, un nuevo parlamento, un majestuoso teatro de ópera y parques espaciosos son parte de la visión de una nueva y ambiciosa capital administrativa que se construye en el desierto de Egipto. 

Hasta donde alcanza la vista, hay obras por todas partes en esta joya del gran plan urbanístico del presidente Abdel Fatah al Sisi.

Unos 50 km al este de la milenaria capital El Cairo, los constructores se apresuran para completar el proyecto.

Iba a ser inaugurada el 30 de junio, aniversario de las protestas masivas de 2013, apoyadas por los militares, que derrocaron al gobierno del presidente islamista Mohamed Mursi. Pero la fecha se aplazó por la pandemia del covid-19, que afectó la economía.

Sisi emitió finalmente este mes una directiva a los funcionarios para que se muden a la nueva capital en diciembre, por “un período de prueba de seis meses”.

La ciudad, cuyo costo está previsto en 45.000 millones de dólares, tiene casi el tamaño de Singapur y ha sido vista como una solución a la sobrepoblacion de El Cairo, que tiene más de 20 millones de habitantes.

Tras su elección en 2014, Sisi señaló a la nueva capital como “el nacimiento de un nuevo Estado (…) y república”.

Pero algunos creen que la nueva ciudad, conocida solo como Nueva Capital Administrativa, no competirá con El Cairo tal ocurrió con Brasilia, la planificada capital brasileña. Más bien, dicen que podría ser engullida por su vecina gigantesca.

“La nueva capital es un misterio para mí”, dijo Galila El Kadi, profesora de planificación urbana y directora del Instituto de Investigación para el Desarrollo, de Marsella (Francia) “Ya está al lado de El Cairo y en pocos años crecerá y se unirá a El Cairo. Esto solo va a aumentar los problemas de manejo de una densidad humana de tal magnitud”, dijo a AFP.

   – Hasta dos millones de habitantes –

Sisi apuesta su legado a proyectos de infraestructura masivos, y también empezó la construcción de otras ciudades nuevas en el Mediterráneo, en el Delta cerca de Mansura y en el sur, cerca de Aswan.

En 2019 inauguró una enorme mezquita en la nueva capital con capacidad para 3.000 personas, así como la mayor catedral en Oriente Medio para la población copta, buscando afianzar su imagen como el gran unificador del país.

Pero la capital permanece como “el mayor proyecto entre todos los que ha emprendido el Estado”, dijo a AFP Khaled al-Huseini, portavoz de la principal empresa constructora en la nueva capital”.

La primera fase “abarcará 250 km2 y puede albergar a hasta dos millones de habitantes”, dijo.

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Las empresas inmobiliarias están anunciando nuevas viviendas con hipotecas de más de diez años, una rareza en un país donde las hipotecas suelen pagase por adelantado.

Huseini sostuvo que la nueva “ciudad inteligente” brindará un mejor estilo de vida con modernos hospitales y universidades.

Unos 50.000 empleados públicos deberán vivir en la ciudad, cifra que deberá duplicarse en los siguientes tres años.

El gobierno construyó también viviendas de bajo costo en asentamientos satélite alrededor, dirigidos a los trabajadores públicos. Asimismo, un proyecto de monorraíl de 4.500 millones de dólares conectará El Cairo con la nueva capital.

   – Aislar al gobernante –

Pero los enormes costos de construcción provocaron críticas sobre las prioridades de gastos en Egipto, donde un tercio de la población de 102 millones vive en la pobreza. La mayoría de los egipcios no podrán comprar apartamentos y casas en la nueva ciudad, indicó Mustafa Kamel al Sayyed, profesor de ciencias políticas en la Universidad de El Cairo.

“La visión [del gobierno] sobre lo que se considera modernidad es solo una transferencia de las expresiones de la modernidad occidental a Egipto”, comentó. “Eso significa tener rascacielos, carreteras anchas y tecnología avanzada”, agregó.

“Pero la modernidad en realidad es que un gobierno rinda cuentas a su pueblo”, como dando buena educación, explicó. Kadi comentó que desde la era de los faraones, “las capitales administrativas fueron establecidas con el propósito de aislar al gobernante de la gente”.

Los pobladores de varios asentamientos y zonas de bajo ingreso ya fueron desalojados o trasladados a viviendas gubernamentales, a veces en áreas remotas, como parte de los planes de desarrollo urbano.

Sayyed dijo que Sisi quiere construir un legado, como hicieron otros presidentes, y destacó el proyecto de la represa de Asuán de Gamal Abdel Nasser.

“Sisi quiere que la historia lo recuerde por trasladar el centro de poder de El Cairo a un lugar que lo va a inmortalizar”, indicó.

Por| Equipo prensa RDS| Fuente RFI. Foto C.P.