Hoy se conmemora un año más del golpe de Estado en Chile, el acontecimiento que da inicio a uno de los episodios más oscuros de la historia reciente del país: la dictadura militar.
El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas, lideradas por el comandante en jefe del Ejército, Augusto Pinochet, instauraron una dictadura militar que derrocó al Gobierno del presidente socialista Salvador Allende y se mantuvo en el poder por 17 años.
El día del golpe
Eran cerca de las 11 de la mañana, cuando el presidente Salvador Allende dirigió su último discurso al país a través de Radio Magallanes. En éste señalaba que no quería abandonar la casa de gobierno y que se mantendría firme en “seguir defendiendo a Chile”.
Una hora más tarde, al mediodía, la Fuerza Aérea inició el bombardeo a La Moneda, el cual se prolongó por 15 minutos. Aviones Hawker Hunter atacaron la sede del gobierno con cohetes “rockets” que destruyeron dependencias y provocaron el incendio del edificio. Pocos minutos después, el presidente Salvador Allende era encontrado muerto en el salón principal junto al arma con la que se había suicidado.
A partir de ese día, comienza uno de los periodos más oscuros y sangrientos de la historia reciente de Chile, marcado por atrocidades como persecuciones políticas, detenciones arbitrarias, desapariciones sospechosas, secuestros, torturas y asesinatos.
Falso milagro económico
Muchos defendieron la legitimidad de la dictadura militar por el supuesto crecimiento económico que hubo en el país, conocido también como el “milagro económico de Chile”, pero lo cierto es que durante esos años la economía chilena experimentó profundos altibajos, incluyendo una gran crisis en 1982.
Según Noah Smith, columnista de la agencia noticiosa internacional Bloomberg, “el crecimiento anualizado del PIB real per cápita para Chile bajo Pinochet (1973-1990) fue de 1,6%. El crecimiento anualizado del PIB real per cápita para Chile en los 17 años siguientes a Pinochet (1990-2007) llegó a 4,36%. Pinochet está demasiado sobredimensionado”.
Hubo muchos momentos en que tras grandes fracasos económicos como el del 82, lograban repuntar, y principalmente a esto se debe el mito del éxito, se consideraban las recuperaciones pero se ignoraban las caídas.
Lo que sí es certero en esta materia, es que Pinochet adoptó un modelo económico neoliberal que permitió a grandes empresas enriquecerse a costa de privatizar sistemas y servicios básicos, generando una desigualdad social que persiste hasta el día de hoy.
El real impacto
Si hay algo innegable en esta historia, es que los atropellos a los derechos humanos y todos los horrores vividos por la población chilena durante la dictadura, fueron de un impacto y relevancia mucho mayor que cualquier éxito económico.
Una de las primeras acciones del gobierno militar fue crear la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), organismo encargado de perseguir y reprimir cualquier tipo de oposición a la Junta Militar que dirigía el país.
La DINA detuvo a miles de personas, algunas solo por sospechar que conspiraban contra Pinochet, otras por ser de izquierda, estudiantes o sindicalistas.
Se habilitaron recintos, como el conocido Estadio Nacional, para funcionar como centros de tortura o campos de reclusión, donde los secuestros, abusos, torturas y asesinatos eran pan de cada día.
De acuerdo al informe de la Comisión Valech II, ampliada en 2011, más de 3.000 personas murieron o desaparecieron entre 1973 y 1990, mientras que el total de víctimas que dejó la dictadura supera las 40.000. Por otra parte, más de 200 mil fueron exiliados, siendo el principal motivo de emigración chilena durante el siglo XX y el mayor movimiento migratorio hacia el exterior en la historia nacional.
Impunidad y pactos de silencio
En 1998, y ya en democracia, Pinochet viajó a Londres para operarse y fue detenido por delitos de genocidio, tortura y desaparición de personas a petición del juez Baltasar Garzón, que pedía su extradición para que fuera juzgado en España. Pero después de dos años, alegando problemas de salud, fue liberado y regresó a Chile en el 2000.
Tras varios años de batallas legales, su caso acabó siendo desestimado. Pinochet murió en 2006 y nunca llegó a ser juzgado por sus crímenes.
Por otra parte, hasta el día de hoy operan con total impunidad los pactos de silencio que mantienen las Fuerzas Armadas, lo que ha impedido que se haga absoluta justicia por los miles de crímenes cometidos en dictadura. Por lo mismo, son pocos los responsables que han sido enjuiciados y condenados como corresponde.
En la actualidad, cientos de personas aún buscan los restos de sus seres queridos, o una explicación de qué pasó con ellos. Por eso, este y todos los 11 de septiembre, es importante recordar la historia, porque nada ni nadie está olvidado, y porque un genocidio como este no se puede volver a repetir.
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