Destruction en Puerto Montt: la tercera es la vencida
Tras dos intentos fallidos, finalmente Destruction debutó en la ciudad de las cuatro colinas.
Y hasta que ocurrió. Tras dos conciertos abortados en nuestra ciudad –el primero en el año 2013 y el segundo en el 2018-, los legendarios thrasher teutones Destruction, finalmente pisaron tierras porteñas la noche de este jueves 08 de septiembre.
La agrupación -fundada en 1983-, llegó sin su histórico e icónico guitarrista Mike, quien dejó la banda a mediados del año 2021 luego de 38 años de militancia, y sin entregar mayores antecedentes sobre su alejamiento.
Lo que sí está claro es que los germanos vienen promocionando su último disco, “Diabolical”, un trabajo que –en opinión de este humilde servidor-, es de lo que mejor que han publicado desde “The Antichrist”.
Los trae la gira “Diabolical Latin American Attack Tour 2022” y la productora del evento es Killer Producciones, quienes también traerán a otra banda legendaria del género en noviembre próximo a Puerto Montt: Exodus.
La primera fecha de esta gira latinoamericana, que los llevará por Perú, Brasil, Argentina, México y Colombia, es precisamente la que se realiza en la ciudad de las cuatro colinas.
Sin el mentado Mike, hoy la banda es liderada por el emblemático Schmier en bajo y voces, quien en algún punto también agarró sus cosas y se largó lejos de Destruction, pero volvió luego de los 10 peores años de la banda (esos años fueron tan malos que la propia banda repudia esa época, la que es conocida como “Neo-Destruction Era”).
La banda la completan Randy Black en batería, Damir Eskić en primera guitarra y Martin Furia en segunda guitarra.
El ingreso y la espera
Dos bandas nacionales abrieron los fuegos para esta jornada: Rotten Hate, death metal de Puerto Montt y Violento, thrash metal desde Osorno.
A nuestro ingreso, tipo 19:30 horas, Violento ya estaba en el escenario del Living Club –recinto que albergó el show-, haciendo su prueba de sonido. Ésta terminó a eso de las 20:13 horas.
La producción había anunciado que la apertura de puertas sería a las 18 horas y que las guitarras comenzarían a sonar a las 20 horas.
Son las 20:16 y el concierto aún no empieza. Afuera llueve y sigue entrando gente al recinto, el que se ubica en el sector Pelluco de la capital regional.
A eso de las 20:39 la situación no ha cambiado. Sigue ingresando gente, quienes se distribuyen entre las cercanías del escenario y la barra, lugar en que era posible adquirir desde cervezas artesanales hasta whisky o pisco.
Cuando ya son las 20:41 comienza a prepararse Violento para salir en escena.
Los teloneros
Violento comienza su presentación con un breve intro, para luego dar paso a una muestra de frenético y caótico old school thrash metal.
El cuarteto es joven, veloz y enérgico. La respuesta del público no se deja esperar y varios ya comienzan a agolparse en las cercanías del escenario.
Algunos de los temas escupidos a través de los monitores fueron “Sed de venganza”, “Tropas del mal” o “Ultra-violencia”, todos de su propia autoría.
Su arte musical se caracteriza por los temas cortos y directos, muy en la línea de bandas como Dark Angel, Devastation, Sadus o Morbid Saint.
El entusiasmo llevó a que se generara de forma espontánea un primer mosh cerca del cierre de la presentación de los osorninos. El sonido acompañó de buena forma.
Eran las 21:25 y Violento ya había logrado tempranamente encender a los asistentes, quienes a esa hora solo pensaban en beber unas cervezas previo a lo que tenían preparado los germanos.
El reloj ya marca las 21:32 y Rotten Hate se prepara sobre el escenario. Sin haber podido hacer prueba de sonido, la banda finalmente comienza a sonar a las 21:54 horas.
A esas alturas el público –que aún saboreaba la puesta en escena de Violento-, ya les había pedido insistentemente a los puertomontinos que comenzaran a tocar.
Parte un intro, luego ingresa una suerte de solo de batería, a lo que se adhieren el resto de los integrantes. El sonido del cuarteto se asemeja bastante al de bandas suecas de death metal de principios de los 90s, como son Dismember o Entombed.
Rotten Hate sonaba rozando la perfección por lo que la prueba de sonido abortada sólo quedó como una anécdota más.
Algunas de las piezas interpretadas fueron “Bloodshed”, “Vultures” y “Church”. Todas las composiciones mencionadas pertenecen al disco debut de la banda, lanzado en el año 2019, y que lleva por nombre “Stabbing the Masses”.
Sólida presentación de Rotten Hate –que cerró a las 22:20 horas-, y que definitivamente logró entusiasmar al público, lo que generó un ambiente especialmente propicio para lo que luego vendría: Destruction.
Destrucción
La producción se apuró en desarmar todo el equipamiento que se había instalado para las bandas soporte y así dejar más espacio para el plato fuerte de la noche.
La noche avanzaba y el reloj ya marcaba las 22:30 horas, punto en que –en la planificación oficial- se iniciaría la presentación de los teutones. Su equipo de asistentes trabaja sin demora preparando el escenario.
El lapso le dio espacio a los asistentes para acercarse a la barra y adquirir uno que otro brebaje.
Ya son las 22:33 y la escenografía comienza a tomar forma. En ambos costados, justo delante de la batería, se instalan dos biombos decorados con –por un lado-, una imagen del “carnicero loco”, icónico personaje que sirve de mascota y que puede verse por primera vez en la tapa del EP “Mad Butcher” de 1987, y otro con zombies. Detrás de la batería se deja apreciar el logo de la banda en color rojo y gris.
Son las 22:49 y tras integrarse el baterista a su espacio natural, aparece en escena una sombra con un instrumento en forma de “V” colgando: es Schmier.
Lo siguen sus compañeros de banda, tras lo que comienza a oírse un intro. Tras ello, abren los fuegos con “Diabolical”, corte que inicia su último disco, lanzado en abril pasado.
Pero del año 2022, se saltan a 1985 con “Death Trap”, tema que pertenece al clásico “Infernal Overkill”. Prosiguen “Nailed To The Cross”, del disco “The Antichrist”, y “Born To Perish”, del álbum del mismo nombre, lanzado el 2019.
En una de las muchas animadas interacciones de Schmier con el público esa noche, espetó sin complicaciones un convincente “muchas gracias”. ¿Y luego? Otro clásico: “Mad Butcher”.
La destrucción prosiguió con “Life Without Sense” del influyente “Eternal Devastation”, lanzado por allá por 1986. Luego Destruction se pega un pequeño salto a 1987 con “Release From Agony” del disco del mismo nombre, último trabajo en estudio de Schmier, previo a su alejamiento en 1989, y que se caracteriza por un giro más técnico y virtuoso en la carrera de los germanos.
Ya eran las 23:23 y el público coreaba a todo pulmón “Destruction, Destruction, Destruction, Destruction…”, tras lo cual llegó “Repent Your Sins”, de su último disco.
Luego descargaron con “Tormentor”, otro clásico en su voluminosa discografía y, definitivamente, los tibios mosh que se vieron con las bandas soporte, se multiplicaron por 10.
Cuando uno cree que el concierto ya va llegando a su fin, se cuelan entremedio “Butcher Strikes Back” y “Total Desaster”, este último un verdadero himno y que apareció originalmente en el EP “Sentence Of Death” de 1984.
Ya son las 23:56 y Schmier se despide efusivamente con un “adiós amigos”. El público responde y comienza a corear el nombre de la banda una vez más. Aún quedan unos cuantos cartuchos y parece que no entra nadie más en el lugar.
Son las 23:57 y comienza la intro de “Curse The Gods”, tema que aparece en el ya mencionado “Eternal Devastation”. El público se vuelve loco.
Sigue casi sin pausa “Thrash Till Death”, tema en que Destruction reivindica el género musical al que se adscriben, el que pasó por sus peores momentos a fines de los 80s y principios de los 90s.
Pasada la medianoche, Schmier se detiene un momento y dice, tal cual se lee: “aguante Chile, aguante Puerto Montt” y promete “una más”. La gente responde en coro “Destruction, Destruction”. Viene “Bestial Invasion” del insuperable “Infernal Overkill” y se desata la locura por última vez.
Destruction se bajó del escenario a las 00:15 horas, momento en que se encienden las luces y uno puede ver las caras felices de los asistentes, quienes tratando de salir de la impresión de una noche memorable, parten a la barra a celebrar con la última cerveza de la jornada.
Texto y fotos por Miguel Negrón Oyarzo.