El destacado músico puertomontino Jaime Barría, fundador de Bordemar, habló con Décima Sinfonía sobre su vida y obra, la que ha trascendido en Chile y el mundo.
Estudió Pedagogía en Música en Valdivia y sus comienzos como compositor fueron en obras de títeres. Entre ellas, tuvo que musicalizar una que trataba sobre mitología chilota. Fue allí cuando nació el emblemático tema El camahueto, el primero que pertenecería a la agrupación Bordemar.
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Desde la creación de su esta, su primera canción, en 1983, decidió seguir componiendo junto a algunos amigos músicos. Luego de dos meses de ensayos, grabaron un cassette con cuatro temas, que a los pocos días empezaron a sonar en las principales radios locales, haciéndose rápidamente conocidos.
En plena dictadura era difícil que los músicos surgieran, ya que la cultura y las artes en general estaban muy restringidas. Afortunadamente la banda pudo tocar en instancias populares y comunitarias, sobre todo en la isla de Chiloé y alrededores.
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Tiempo después sacaron otros cassettes y sus primeros discos. La recepción que tuvieron de la gente fue muy buena. Enseguida empezaron a tener éxito. Trabajaron con el sello Alerce que grababa a artistas como Silvio Rodríguez, Quilapayún e Inti Illimani, y estuvieron en el top 10 de ventas con su primer disco Bordevals.
Si bien la agrupación tiene mucho de folclore, hay una fusión de estilos que hacen de sus canciones melodías únicas. “Lo bonito de Bordemar es que nuestra música no se encasilla en un solo estilo. Nos invitan a festivales costumbristas, semanas musicales de las comunas, conciertos clásicos, festivales de jazz. Con el gran repertorio que tenemos podemos adaptarnos a cada instancia”, comenta el músico.
La postura de los sureños siempre ha sido muy local, pero desde principios de los noventa su éxito y popularidad ha sido tal que han sido invitados de todas partes de Chile a tocar.
Como mensaje final, Jaime se dirigió a los jóvenes y a todos quienes quieren emprender en la música, expresando que “en el arte hay que ser muy perseverante y ver la percepción de la gente. Ojalá que tengan una recepción inmediata y que la gente los quiera, que puedan comunicar algo que se pueda sentir y hacer feliz a los demás. Y como dijo Picasso, ‘artista que no se difunde, no es artista’, una frase que siempre se me quedó”.
Revisa la conversación completa reviviendo nuestro capítulo de Frecuencia Austral.
Por| Catalina Álvarez.
1 comentario en “Jaime Barría de Bordemar: “Trataron de que vaya a la academia de música pero aguanté dos clases””