Como una gran coincidencia sucedió que Chester Bennington dejó este mundo justo el día del natalicio de Chris Cornell: un 20 de julio. Pero los músicos comparten más que una fecha en común.
Un 20 de julio de 2017 el mundo se enteraba de la devastadora muerte del icónico cantante y exlíder de Linkin Park, Chester Bennington.
Abatido por la depresión y la recaída en las drogas, el músico decidió terminar con su vida el mismo día que nació el legendario Chris Cornell, quien también se suicidó meses antes.
Si viene cierto la tragedia une a estos dos grandes exponentes del rock, también hay una serie de coincidencias y conexiones entre los dos que hacen que cada 20 de julio sea un día memorable para el mundo de la música y sus fanáticos.
Los dos eran grandes amigos. Tan cercana era su amistad que Chester era el padrino de los dos hijos de Chris.
Como parte de su amistad, compartieron escenario más de una vez. La más emocionante fue en 2008, cuando Chris Cornell y Linkin Park compartieron gira. En algunas fechas de aquel tour, Cornell invitaba al escenario a Chester Bennington para cantar a dúo Hunger Strike.
Entre las similitudes respecto a sus muertes, están que ambos se encontraban de gira en ese momento, haciendo totalmente inesperados sus decesos. Cornell había actuado justo la noche misma de su suicidio, mientras que Linkin Park había actuado el 22 de junio en Madrid, el 3 de julio en Londres y tenían previsto continuar la gira el 27 de julio por Estados Unidos.
Otra de las coincidencias, aparte de la manera en la que murieron, la fecha y su periodo de actividad en la música, es que ambos tuvieron una lucha de años con las drogas, situación que para ese entonces había arrastrado a ambos a la depresión.
En el funeral de Cornell, como uno de los actos más emotivos que marcó la ceremonia, Bennington interpretó el clásico “Hallelujah”, de Leonard Cohen, para luego leer una potente carta:
“Soñé con los Beatles anoche. Desperté con Rocky Raccoon [canción de los Beatles] sonando en mi cabeza y una cara de preocupación de mi esposa. Ella me dijo que mi amigo había muerto. Pensamientos de ti inundaron mi cabeza y lloré.
Aún lloro, con tristeza, así como con gratitud por haber compartido momentos tan especiales contigo y tu hermosa familia. Me has inspirado de muchas formas que nunca pudiste saber. Tu talento era puro y sin rivales. Tu voz era placer y dolor, ira y perdón, amor y dolor al corazón, todo en uno. Supongo que eso es lo que todos somos. Me ayudaste a entender eso.
Acabo de ver un vídeo tuyo cantando A day in the life, de los Beatles, y pensé en mi sueño.
Me gustaría pensar que estás diciendo adiós a tu manera. No puedo imaginar un mundo sin ti en él.
Rezo para que encuentres paz en la otra vida. Envío mi amor a tu esposa e hijos, amigos y familia.
Gracias por permitirme ser parte de tu vida”.
Por | Catalina Álvarez Foto D.P.