Por una profunda crisis social, migratoria y sanitaria, son algunos de los problemas por los que será recordado el segundo mandato de Sebastián Piñera, quien ha bajado abruptamente su aprobación en los últimos años y hasta ha recibido malas evaluaciones de parte de organismo internacionales.
El pasado domingo 13-02-2022 se conocieron los resultados que arrojó la encuesta Plaza Pública Cadem correspondiente al periodo comprendido entre el pasado miércoles 9 y viernes 11 de febrero, la cual reveló que el 51% de los consultados calificó como malo o muy malo el segundo gobierno de Sebastián Piñera, en aspectos políticos, económicos y sociales. En tanto, un 35% optó por la opción regular y solo un 14% se inclinó por bueno o muy bueno.
El resultado corresponde a la peor evaluación de un mandatario desde el retorno a la democracia, puesto que, además, el sondeo comparó la opinión de los encuestados y encuestadas respecto a las administraciones de Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y los dos periodos presidenciales de Michelle Bachelet, con el último del actual jefe de Estado.
Como el gobierno mejor evaluado se posiciona el primero de Bachelet, con un 56% de las preferencias que se inclinó por la opción bueno o muy bueno.
Por otra parte, la desaprobación del actual mandatario también tuvo un leve aumento, alcanzando el 69%, dos puntos más que la semana pasada, mientras que la aprobación se mantuvo en 25%.
Las áreas de gestión peor evaluadas de este gobierno fueron el manejo de la inmigración (88%), la lucha contra la delincuencia (88%), el conflicto mapuche (83%), la lucha contra la corrupción (82%), el estallido social (81%) y el aumento de precios e inflación (79%). En contraposición a aquello, el manejo de la pandemia (64%) y las relaciones internacionales (55%) fueron los mejores aspectos evaluados.
Por su parte, el estallido social, iniciado el 18-10-2019, nunca tuvo un tratamiento efectivo dejando a gran parte de la ciudadanía igual de disconforme hasta la fecha en temas de derechos sociales, y más aún con los acontecimientos ocurridos durante los periodos de movilizaciones donde hubo cientos de atropellos a los derechos humanos y aún se mantienen decenas de presos políticos a lo largo del país.
En noviembre de ese año se intentó poner fin anticipado a su segundo mandato mediante una acusación constitucional que, finalmente, no prosperó. La acusación expresaba que actos de la administración de Piñera habrían comprometido gravemente el honor de la Nación y que habría infringido abiertamente la Constitución y las leyes, al consentir que la policía nacional y las fuerzas armadas cometieran violaciones a los derechos humanos de manera sistemática y generalizada durante las protestas iniciadas en octubre.
Una de las promesas de campaña de Sebastián Piñera era acabar con la delincuencia. Sin embargo, el 89% de los encuestados por Cadem cree que durante el último año la delincuencia en Chile ha aumentado, alcanzando su nivel más alto desde octubre de 2014. Además, el temor a ser víctima de un delito llega a 73%, misma cifra registrada hace siete años. En tanto, el 93% piensa que la delincuencia hoy es más violenta que hace un año, alzándose como el porcentaje más alto en los últimos ocho años.
A solo un mes de despedir a este Gobierno, el país se encuentra pasando por una de las crisis migratorias más grandes de los últimos años. Debido a la falta de control ha habido un masivo ingreso de personas extranjeras al territorio que hoy no cuenta con las condiciones mínimas para vivir dignamente. Esto considerando que hace un tiempo el presidente invitaba a extranjeros a llegar al país porque “hay lugar para todos”.
Principalmente el norte grande se encuentra en una lucha en medio la inmigración descontrolada. Hoy es una zona donde parte de la población vive con temor, y otra con rabia, llegando a extremos donde incluso han expresado la xenofobia en sus formas más violentas, generando un ambiente aún más hostil para vivir.
Por otra parte, la denominada Macrozona Sur, sigue en un eterno conflicto donde el control y la represión militar, al parecer, ha sido el único y constante método del Gobierno de Piñera para intentar manejar el problema. No ha habido soluciones concretas y se mantienen sensaciones de inseguridad e injusticia en gran parte de las comunidades que habitan dicho territorio.
Medios internacionales como The Economist han publicado titulares como “Chile volvió a ser una democracia defectuosa“, una conclusión a la que llegaron luego de realizar el informe “Democracy Index 2021” de The Economist Intelligence Unit.
En comparación al reporte del año anterior, la evaluación general de nuestro país cayó 0,36 puntos, pasando de 8,28 en 2020 a 7,92 en 2021.
En el desglose, la puntuación bajó en ámbitos como “Funcionamiento del Gobierno” (de 8,21 a 7,86), “Participación Política” (de 6,67 a 5,56), y “Cultura Política” (de 8,13 a 7,5); en tanto que se mantuvo en cuanto a “Proceso electoral y pluralismo” (9,58) y creció en “Libertades Civiles” (de 8,82 a 9,12).
Probablemente una de las acciones más importantes y destacadas que se recordarán de este último periodo de Sebastián Piñera, será su impecable gestión con la vacunación contra el COVID-19, una razón por la que, durante la crisis sanitaria, Chile ha destacado a nivel Latinoamericano e incluso mundial, logrando inocular rápidamente a gran parte de la población mediante planes de salud efectivos y bien controlados.
Pero en medio de la crisis, el personal de salud ha sufrido las precariedades de un sistema colapsado, donde a la salud pública no se le ha dado la relevancia que merece, faltando recursos, equipos técnicos y humanos, y hasta una mejor infraestructura, carencias por las que el actual Ministerio de Salud no ha sabido responder.
Son los legados de uno de los peores gobiernos de Chile desde el retorno a la democracia, que aumentan además los desafíos del próximo Gobierno en asumir. Con Gabriel Boric como presidente, muchos y muchas tienen la esperanza de que se espera resurgir y transformar el país, para que las malas experiencias no se vuelvan a repetir.
Por Catalina Álvarez| Foto C.P.