Las protestas en contra del nuevo dictador de izquierda que comenzaron en 2018 dejaron un saldo de más de 300 muertos, en su gran mayoría jóvenes. El ex revolucionario de 75 años quiere asegurar su quinto mandato en su propia autocracia.
La cacería de Ortega
Daniel Ortega quiere aferrarse al poder a toda costa. Cada vez se distingue menos el antiguo líder revolucionario del antiguo dictador Anastasio Somoza, al que combatió en su momento. Durante las dos últimas semanas, Ortega ha ido eliminando sistemáticamente a todos sus oponentes. Hasta ahora fueron detenidos más de una docena de líderes de la oposición. Eso podría suponer una amenaza para él en las elecciones del próximo noviembre.
Empresarios y periodistas críticos también han sido objeto de ataques. El fin de semana, los agentes de policía entraron por la fuerza en el domicilio de Humberto Belli, hermano de la conocida escritora y poeta Gioconda Belli. Humberto Belli ya había abandonado el país, pero su casa, en la que se encontraban su mujer y su hija, fue casi completamente saqueada. Gioconda Belli escribió que ya no encontraba palabras para describir la represión del régimen. La magnitud de la violencia y la irracionalidad le recordaban a los últimos días de la dictadura de Somoza.
La oleada de detenciones ha hecho reaccionar a la comunidad internacional. Tras las primeras detenciones, Julie Chung, directora de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE. UU., tuiteó que se despejaban las dudas persistentes sobre las credenciales de Ortega como dictador: “La comunidad internacional no tiene más remedio que tratarlo como tal“. Poco después, el Departamento del Tesoro anunció nuevas sanciones económicas contra varios funcionarios nicaragüenses, así como contra la hija de Ortega. La Organización de Estados Americanos (OEA) busca la expulsión de Nicaragua de ese organismo. Europa también está considerando la posibilidad de imponer sanciones a Nicaragua. En tanto el pasado martes (22.06.2021), México y Argentina retiraron a sus embajadores.
Es dudoso que Ortega se deje impresionar por esto. Los observadores señalan a Venezuela, donde Nicolás Maduro ha logrado mantenerse en el poder a pesar de las duras sanciones. También Ortega hace tiempo que cruzó la línea hacia la autocracia. El Estado trabaja para él y su familia, cuyos miembros ocupan puestos clave en el gobierno y las empresas estatales, así como en los medios de comunicación estatales. Ortega ya no parece siquiera molestarse en dar la impresión de que habrá unas elecciones libres y justas. Cualquiera que se interponga en el camino arriesga su libertad… o más.”
De revolucionario a dictador
“Hugo Torres sabía que, tarde o temprano, los esbirros del régimen también estarían ante su puerta. Por eso filmó una breve declaración como precaución. Se ve en ella a un anciano con gafas y barba gris. “Hace 46 años, arriesgué la vida para liberar a Daniel Ortega y a otros presos políticos”, dice a la cámara el exguerrillero sandinista. “Tengo 73 años de edad. Nunca pensé que en esta etapa de mi vida iba a estar luchando de forma cívica y pacífica contra una nueva dictadura“.
Torres se refería a una operación realizada en 1974 para liberar a su entonces compañero de armas, y ahora presidente, Daniel Ortega, de las cárceles de la dictadura de Anastasio Somoza. Tras la victoria sandinista, Torres sirvió a Ortega como general y jefe de inteligencia. Los viejos méritos no le sirvieron de nada. Hace una semana, las fuerzas de seguridad se lo llevaron también.”
Ortega ordena la detención de sus candidatos opositores
Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich, Suiza: “Nicaragua se está transformando en cámara rápida en un régimen autoritario. El jueves, la justicia dictó órdenes de detención contra empleados de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (Funides). Se les acusa de “operaciones financieras de origen ilegal”. Con ello, el presidente Daniel Ortega, que lideró la liberación de Nicaragua del régimen del dictador Anastasio Somoza en 1979, extiende sus medidas represivas a la sociedad civil.
En su momento, Ortega se distinguió de otros líderes revolucionarios latinoamericanos, como los hermanos Castro, de Cuba, y se presentó a las elecciones. Fue elegido presidente por primera vez en 1984, pero perdió frente a la también exrevolucionaria Violeta Barrios de Chamorro en 1990. No fue hasta 2006 cuando Ortega consiguió ser reelegido presidente. Desde entonces, ha socavado cada vez más las instituciones democráticas y ha llenado el poder judicial con sus esbirros. Ortega parece haber aprendido de la derrota electoral de 1989. La actual oleada de detenciones tiene por objeto garantizar que no se lo vuelva a expulsar del cargo.”
Por|Equipo prensa RDS | Frankfurter A. Zeitung Fuente| DW.