EE.UU podría extraditar a Assange tras decisión de corte inglesa: RSF condenó “una decisión con peligrosas implicaciones para el futuro de la libertad de prensa en el mundo”

Estados Unidos obtuvo una importante victoria en su intento por extraditar a Julian Assange, encarcelado en Londres desde 2019, al anular la decisión de una corte de apelaciones inglesa de no entregarlo. ‘Esta decisión judicial es un giro de 180 grados, si bien no todo está perdido para él’, dijo a RFI Olivier Tesquet, co-autor del libro ‘En la cabeza de Julian Assange’.

Washington quiere juzgar al fundador de la web de filtraciones WikiLeaks por la publicación a partir de 2010 de unos 700.000 documentos diplomáticos y militares secretos, relacionados principalmente con las guerras dirigidas por Estados Unidos en Afganistán e Irak.

En primera instancia, la jueza Vanessa Baraitser bloqueó la extradición en enero, al considerar que Assange, de frágil salud mental, podía suicidarse si era entregado al sistema judicial de Estados Unidos.

Pero los abogados de Washington apelaron la decisión y en octubre argumentaron que Baraitser no había dado suficiente importancia a otros testimonios de expertos sobre su estado psicológico. También garantizaron que no se mantendría al australiano, de 50 años, en aislamiento punitivo en una prisión federal de máxima seguridad, y que recibiría un tratamiento médico adecuado.

Este viernes, el tribunal de apelaciones de Londres les dio la razón, anulando la sentencia previa, por considerar que “Estados Unidos ha proporcionado ahora al Reino Unido un paquete de garantías” y subrayando que Washington accedería a trasladarlo a Australia si es condenado.

Ordenó así que, sin más exámenes, el caso sea enviado al ministerio del Interior, quien tiene la última palabra sobre toda extradición.

“Esta decisión constituye un giro de 180 grados con respecto a la decisión en primera instancia de enero, cuando el juez dictaminó que Julián Assange no podía ser extraditado a Estados Unidos por razones de salud, en particular, su estado psicológico. Pero esta decisión abre el camino a la extradición, por lo que en cierto modo volvemos al punto de partida, y esto es obviamente un gran revés para Assange y los que le rodean”, dijo a RFI Olivier Tesquet, co-autor de “En la cabeza de Julian Assange” (Dans la tête de Julian Assange, Ediciones Actes Sud).

Sin embargo, esta larga batalla legal no terminará aquí: los abogados de Assange anunciaron que apelarán al Tribunal Supremo británico y a cortes internacionales si es necesario.

“Agotaremos todos los recursos nacionales e internacionales para defender a quien no ha cometido delito alguno y ha resistido heroicamente y con coraje durante más de once años la persecución por defender la libertad de expresión y acceso a la información“, aseguró el exjuez español Baltasar Garzón, coordinador internacional de la defensa de Assange.

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La oenegé de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional puso en duda las garantías de Washington, calificándolas de “intrínsecamente poco fiables”. Y Reporteros Sin Fronteras “condenó” una decisión con “peligrosas implicaciones para el futuro (…) de la libertad de prensa en el mundo”.

“Es cierto que no todo está perdido”, agrega Tesquet, quien alerta sin embargo sobre la difícil situación de Assange, “una persona que está detenida en una prisión de alta seguridad sin haber sido juzgado, sin haber comparecido ante un tribunal durante un proceso. Todo esto desde abril de 2019, cuando fue extraditado a la fuerza de la Embajada de Ecuador a Londres. Es claro que esta detención ha tenido repercusiones físicas y psicológicas en Assange”.

El caso de Assange se ha convertido en causa para los defensores de la libertad de expresión, para quienes WikiLeaks tiene los mismos derechos que otros medios a publicar material secreto, si es de interés público.

Pero el gobierno estadounidense, que lo ha acusado de 18 cargos que incluyen espionaje, afirma que Assange no es periodista sino pirata informático y la divulgación de documentos sin editar puso en peligro la vida de sus informantes.

Si es extraditado, podría ser condenado a un máximo de 175 años, aunque la sentencia exacta es difícil de calcular.

Como en vistas previas, seguidores de Assange se manifestaron ante las puertas del tribunal agitando pancartas que exigían su liberación inmediata.

Por| RDS | Fuente RFI. Foto C.P