85 años atrás tenían lugar los primeros acontecimientos que desembocarían en la así llamada Guerra Civil Española, una contienda que no sólo interesó a los directamente involucrados, sino también a las potencias fascistas de la época, a la Unión Soviética y a todos aquellos que más allá de nacionalidades, vieron en la disputa una chance de plasmar en la práctica ideales libertarios, fueran anarquistas o comunistas. Como se sabe, después de tres vibrantes y sangrientos años, el bando que se llamaba a sí mismo “nacional” consiguió derrotar militarmente a la República y estableció una dictadura que se extendió por más de tres décadas. Aunque la conflagración se decidió en favor del fascismo, son innumerables las cuestiones que quedaron irresueltas en España, como pudo advertirse al reverdecer la intención de Cataluña de marchar hacia la independencia, pocos años atrás.
Pero esta columna no se va a detener en los aspectos militares, políticos o ideológicos de la Guerra Civil Española. Para quien quiera ahondar, el que firma recomienda precisamente “Homenaje a Cataluña”, libro que el británico George Orwell terminó apenas seis meses después de abandonar España, donde había peleado como brigadista internacional en la milicia del POUM, una de las expresiones trotskistas que participó del intento revolucionario que acompañó a los primeros tiempos de beligerancia. La obra también inspiró “Tierra y libertad”, la película del gran Ken Loach, una recreación acertada sobre el clima que se respiraba en Barcelona cuando el cielo estuvo a punto de caer por asalto.
Nuestra intención es plantear que pocos acontecimientos provocaron tantas reacciones en el ámbito del rock como la Guerra Civil Española, muy comprensible entre los hijos o nietos de los partícipes directos. En efecto, tocó al punk rock español hacer punta en reversionar las canciones que se cantaron en aquellas trincheras y las barricadas. De hecho, la versión de Los Muertos de Cristo del himno anarquista “A las barricadas”, se convirtió en un clásico de su producción y uno siempre se pregunta por qué la hicieron tan corta. La banda sevillana también recreó “Ay Carmela”, otra canción miliciana que, además, dio nombre a una película cuando “el destape español” celebró culturalmente el fin de la dictadura.
La nómina espontánea que sigue no pretende ser un inventario, sino simplemente apuntar que los sucesos de la península ibérica calaron hondo, más allá de generaciones y latitudes. Por ejemplo, en Chile, Los Miserables grabó en su disco “Cambian los payasos, pero el circo sigue”, una versión de “Gallo rojo, gallo negro”, una metáfora del enfrentamiento entre las huestes anarco-comunistas y fascistas. Los muchachos de Santiago la titularon “Los dos gallos”.
Españoles y chilenos tuvieron como indirecta antecesora a una banda británica que, en 1979, apenas dos años después de la explosión del punk en Londres, grabó “Spanish bombs”. Se trata de The Clash, el grupo que lideró el ala más politizada del insólito movimiento, tan capaz de coquetear con la simbología nazi como de desempolvar los ideales anarquistas, justamente en retirada desde la victoria fascista de 1939. The Clash homenajeó en su obra a Federico García Lorca y conmovió a todos sus escuchas de habla hispana con el estribillo: “Spanish bombs, yo te quiero (cuero) infinito. Yo te quiero (cuero), oh mi corazón”. En los 90, una banda mexicana de rock, ska y sonidos mestizos, concretó una versión inolvidable de “Spanish bombs”.
“Transgresores de la ley”, disco de Tijuana No, llegó a nuestras manos en 1994 o 1995, cuando la insurrección zapatista de nuevo dividía aguas y no sólo en México. A ese disco lo rompimos -literalmente- durante nuestras tardes de gloria en FM Mascaró.
Más recientemente y con una estética no tan roquera, irrumpió en escena en Buenos Aires el Club Artístico Libertad, que directamente se consagró a recrear aquel puñado de canciones que muchas veces habíamos escuchado en algunos fogones subrepticios o en veladas un tanto soterradas: “La hierba de los caminos”; “La Internacional”; de nuevo “A las barricadas” y otras joyitas que 85 años después de aquellos sucesos, todavía son capaces de emocionar.
Seguramente quedaron muchas afuera de esta enumeración, pero hay que perder cuidado. Como ya dijimos, en 2021 quedó claro que el fascismo se escapó de los libros de historia, incluso en la propia España. “Negras tormentas agitan los aires. Nubes oscuras nos impiden ver”. ¿Hay líneas más vigentes? Volveremos a cantarlas y sin dudas, nuevas bandas las volverán a grabar, hasta “que la tortilla se vuelva”.
POR| Adrián Moyano | Foto. D.P.